Catequesis del Buen Pastor
¿Qué es la Catequesis del Buen Pastor? (CBP)
La Catequesis del Buen Pastor nació de la alegría de los niños en el encuentro con Dios, y siempre, donde quiera, ha vivido alimentada de dicha alegría. Se ha observado que los niños desde la más tierna edad, buscan la experiencia religiosa con avidez, se satisfacen en ella sólo si son ayudados a vivirla en sus elementos más profundos y esenciales, rechazando todo infantilismo. Si estas condiciones se logran, el niño vive su relación con Dios, en asombroso encanto, en profundísima alegría, que lo pone en paz, al satisfacer una exigencia vital y lo prepara para un futuro seguimiento moral de Jesús. Se ha observado además que niños pertenecientes a la misma franja de edad y de ambientes culturales diferentes responden siempre de igual manera a algunos elementos del mensaje cristiano. De esta manera se ha encontrado poco a poco, a través de la observación, un itinerario de los diferentes anuncios del mensaje cristiano que responden a las exigencias vitales de las diversas edades a partir de los dos y medio años , en un proceso de iniciación cristiana. La catequesis pierde así todo carácter escolástico, para convertirse en experiencia de vida, educación de la fe, celebración del encuentro con el Padre, en la escucha del Único Maestro que es Jesúcristo y en la obediencia al Espíritu Santo. Han sido los mismos niños , por su “esencialidad” y por el “gozo” con el que acogen el kerigma, el anuncio, quienes han guiado a los adultos hacia la selección procesal de los anuncios que responden a las exigencias vitales, evolutivas de cada edad y que les atrae a participar en los encuentros de catequesis.
La Catequesis del Buen Pastor presenta un nuevo paradigma en la Iglesia debido a:
- Carácter investigativo: fruto de la observación científica de las reacciones de personas de diferentes edades y ambientes socioculturales, frente a anuncios de la revelación del misterio de Dios.
- Ajena a sistemas tradicionales escolares. Busca estimular a la persona humana a descubrir a Jesús, su Padre, su Espíritu; las relaciones entre ellos y con nosotros; y su Reino.
- Método de conocimiento “en espiral”. Se inicia a la persona humana, desde la más tierna edad,en la contemplación de los anuncios más esenciales del cristianismo, para ampliar esta visión posteriormente.
- Presentación de la Biblia y la Liturgia en su inseparable unidad; de la historia del Reino de los cielos en su inmensidad, en los dones que Dios da al ser humano, en el proyecto de Dios con la criatura y los pueblos; de las principales etapas de esta historia del reino relacionadas tipológicamente; de la formación moral desde sus fundamentos en el kerigma hasta la respuesta personal y comunitaria.
- Fiel a los anuncios que han permanecido en la tradición de la Iglesia: Buen Pastor, la Luz, la Vid Verdadera, la mezcla del agua y el vino, etc.
- Carácter antropológico: parte de las exigencias del ser humano según las edades, para ayudarle a vivir una experiencia de Dios , como en la Edad de Oro de la Catequesis Patrística.
- Cristocéntrico–Trinitaria. Inicia el kerigma con la persona de Cristo y a partir de Él, anuncia la Trinidad. Parte del anuncio del Nuevo Testamento. Anuncia las tres Personas realmente distintas en la particular acción que cada una desarrolla en y con los seres humanos.
- Ecuménica: abierta a todos los cristianos de confesiones diferentes y tareas diversas en la Iglesia.
- Proceso de Inciación cristiana: Contenidos fundamentales de la Iniciación Cristiana en forma procesual y orgánica, acorde con la edad y madurez de la persona, así como una iniciación en la vida y culto de la Iglesia.
Ambiente preparado en el que se desarrollan las sesiones de catequesis, puesto que los niños necesitan un ambiente especial para vivir su relación con Dios , según su ritmo y sus capacidades y para prepararse para vivir en la comunidad eclesial más amplia con los adultos. El nombre de ATRIO lo acuñó María Montessori al llamar así al lugar de la escuela donde el niño tenía una experiencia religiosa; se refiere a la arquitectura de las grandes basílicas antiguas , en las que se llama atrio al espacio entre la calle y el lugar sagrado.
En el atrio arquitectónicamente se realiza una preparación para el encuentro con la divinidad.
El atrio es una ayuda indirecta que el adulto preparado da al niño para su encuentro con Dios.
En el atrio, el niño recibe la Palabra de Dios, y la palabra y signos de la Liturgia y le ofrece el ambiente vivo, adecuado, de silencio, con materiales aptos para trabajar el anuncio recibido de parte de un adulto preparado.
El material para la formación religiosa en la Catequesis del Buen Pastor es una segunda ayuda indirecta para el niño. No es un material didáctico sino un material que ofrece al niño desde los 2 años y medio una ayuda para entrar en la meditación y la oración. Es un material esencial que ayuda al niño a entrar en los temas fundamentales de una catequesis de iniciación cristiana y le ayuda a tener un encuentro vital con la persona de Jesús.
El adulto preparado es el catequista formado que hace parte del ambiente y transmite los anuncios del Misterio de Dios según las edades , teniendo presente que no es una enseñanza escolástica al estilo de la que promueve la escolaridad. El catequista si bien educa en la fe, no es un maestro. Su actitud es la del “siervo inútil” del Evangelio (Lc 17, 10), que se manifiesta en un profundo respeto y en una manera de relacionarse con el catequizando a la vez que propicia un ambiente especial para que se dé el encuentro entre Dios (su Maestro interior) y la creatura. El momento del trabajo personal del niño es el momento más importante del aprendizaje: es la escucha del Maestro interior que , poco a poco, le ayuda a descubrir cómo ser su discípulo.
La iniciación cristiana de un bautizado no es tarea que pueda ser absorbida sólo por el catequista, es necesaria además, para el niño , una comunidad familiar que le ayude en la formación en la fe, después de recibir el bautismo, así como la comunidad cristiana más amplia , que vive lo que le anuncia: el mensaje de Cristo muerto y resucitado y su Reino.